A partir de las 11.00, con mucho entusiasmo los chicos empezaron a llegar a la cancha. Juanca y Nacho estuvieron a cargo de la clase, en la cual primero trabajaron un rato con los chicos más pequeños. El objetivo fue que todos comiencen a tomar confianza con la paleta, y el resultado inevitable, alguna ampollita hasta que la mano se acostumbre al bendito mango de la paleta.

A la hora del intercambio de edades, aparecieron los caramelos para festejar con los chicos y los padres la primavera. Sacamos la foto del día y luego quedaron los más grandes ya pegando la característica pelotita negra a la que de a poco le van tomando la mano.

¡Gracias a los padres por venir a un sencillo festejo pero importante para los chicos para ir compartiendo las ganas por la paleta!